Decirte que me haces bajar la mirada. Que tan irónicamente me haces sentir niña. Que adoro como partiste mi nombre y así de corto suena fuerte y retumba en mis oídos con tu voz.
Que tienes esa aura de alegría y calma, que para mi es un gusto conocer ese sabor, leer esas líneas, reconocer esa mirada de aventura, frescura... de lo prohibido y hasta la traición.