martes, 15 de septiembre de 2009

Ventanas...

Miro la ventana vacía... llena de letras flotantes aunque pesadas... difíciles.
La conversación ligera no fluye porque lo que fluía siempre fue más.
Escribo como con incontinencia verbal a distancia... como emisor que busca frenético las pupilas del receptor... pero no hay contacto, casi ni presencia.
Tengo miedo de intentarlo demasiado... de jugar con mi certeza del peso de este silencio, de la historia bajo esas cejas.
Miro y miro... y disparo preguntas tan vacías... interrogatorio acribillante que no generará la información que necesito...
¿cómo estas?... ¿aun eres elefante?...¿aun existe esa vitrina que construimos hace prácticamente dos años?
¿que piensas ahora del otoño... del ahelo?
....
No contestas las tonterías que te pregunto... ¿para qué?... lo entiendo...
No puedo arriesgarme a dar otro paso... romper la civilidad tan frágil hoy... efeméride de la química increíble y mágica de una noche... hoy que fuiste tu quien abrio esta ventana y llenó este cuarto de olor a hoja suicida.
...
Pasan los minutos y escribo tanto... con miedo de que mis dedos reconozcan la inercia de tu nombre. Escribo para ti lo que no lees ni leerás...
"yo escribo menos, casi nada... duermo mucho y parece que solo trabajo... pienso en ti a veces y siempre con sonrisa... es la maravilla del recuerdo el cual puedes elegir si es o no incómodo. Me encantaría saber más de ti... pero entiendo que es raro. Ojalá no lo fuera... Ojalá supiera que hacer para romper... esto... sin rompernos otra vez."

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